miércoles, septiembre 12, 2018

Lecciones de botánica



No desertes al averiguar mis pétalos, tras el suave habrá uno terso.

Retoza los dedos en mis tallos; rozarán fronteras, retoños candorosos.

No desistas al esperar mis estaciones, cada una habrá de sorprenderte.

No desdeñes la época de siembra. 
En mi espalda hallarás asombro; estepa sembrada de lunares, semillas incontables, manchitas caprichosas.

Persevera escuchado mis estambres, vasta gama de graves y agudos.

Te distraerás en el pistilo.

Misterio;


punto exacto.

En el vértice, la gota de néctar aguarda al colibrí sediento; penetrador consuetudinario, ave y corazón zumbante.

Es la vorágine de tu aliento la que doblega estos filamentos.

Aguarda mis inviernos, entibia mis heladas. Espera con paciencia y verás las primaveras.

Entonces, mis corolas ya despiertas besarán coloridas mariposas. Habrá sépalos abiertos por tus ojos, cáliz a merced de tus resuellos.

Ésa seré yo, florecida para ti. Mansedumbre de campiña, viento fresco, hierba recién nacida, pradera tras llovizna nueva.

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