Paso 2: Déjelo hervir... (O sea... olvídelo).
Paso 3: No apague la estufa y salga de su casa con cara de niño en 30 de abril. (No olvide echar doble llave pa' que amarre).
Paso 4: Acuérdese a media avenida, y, en hora pico, haga que el piloto retorne en medio de una obscena cantidad de autos.
Paso 5: Entre corriendo como degenerada, apague la estufa, aproveche y llévese su termo con el agua hirviendo. (No olvide espantar al perro con sus gritos).
Paso 6: Ya en el camión, quédese dormida, y ¡ojo...! Es muy importante que vacíe un poquito del contenido sobre su pantalón limpio.
Paso 7: Tire otra parte del contenido en el taxi que la lleva hasta su trabajo. Estrésese porque mojó el auto, a usted misma, su mochila... Pídale una franelita al chofer (misma que no trae).
Paso 8: Masculle... "Maldita sea... se supone que éste era un estúpido té relajante".
Paso 9: Aguante vara cuando el chofer la mire por el retrovisor y se ría de usted.
Paso 10: Llegue a su oficina, intente tomarse el té, quémese el hocico y descubra con dolor y desesperanza que tiró más de la mitad del contenido en el camino.
Fragmento del libro intulado: "Mil y un formas de comenzar el día estresado". Capítulo 3: "El arte de estresarse con un té relajante", by la Doctora Solesofsky 🤓📖☕
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